Hoy por hoy, prácticamente el 100% de los smartphones que se comercializan lo hacen bajo el sistema operativo iOS o Android, si bien el sistema de la manzana sólo funciona en sus propios dispositivos y Android se adapta a decenas de marcas de diferentes fabricantes, bajo capas de personalización que alteran la experiencia de unos a otros dispositivos. Dependiendo tanto de la marca como de las características, en ocasiones no es posible actualizar este sistema a la última versión, lo que acarrea el handicap de no poder instalar diversas aplicaciones.
Es por este motivo que diferentes desarrolladores de juegos online han preferido, en unas u otras ocasiones, lanzar versiones web de sus juegos en vez de aplicaciones descargables para evitar incompatibilidades. Lo cierto es que sucede lo mismo con los ordenadores, o algo parecido. Mayoritariamente los usuarios tienen instalado Windows, pero también hay un porcentaje importante que funciona bajo MacOS, y los sistemas Linux también se resisten a desaparecer. Sólo hay que acceder a Steam para descubrir que, habiendo catálogo de juegos para ambas plataformas minoritarias, son muchos más los juegos que sólo son compatibles con Windows.
Uno de los sectores que más se sustenta en ofrecer sus juegos directamente desde el navegador es el del azar y juegos de casinos: tanto el poker como el blackjack, la ruleta o las tragaperras son 100% operativas desde navegadores, prioritariamente porque no tienen elevados requisitos gráficos o de procesadores, memorias o espacio en disco o caché, por lo que pueden funcionar con mucha fluidez independientemente del navegador y del equipo, pero también porque las partidas multijugador son de grupos reducidos. La experiencia de juego es estable, sin lags, y de hecho inciden especialmente en ello ya que algunos jugadores realizan pequeñas apuestas y estas operaciones deben ser instantáneas. Aun así, como añadido cuentan con un seguro para que el jugador no pueda realizar dos veces la misma apuesta por error.
Otros como Candy Crush llevan operando años en su versión web apoyada en los servidores de Facebook. De hecho, son muchos los juegos que se pueden jugar sin instalar absolutamente nada, sencillamente accediendo a Facebook. Otro muy conocido es el WOW (World of Wonders, una especie de sopa de letras). Cualquiera de ellos existe en versión app para iOS y Android también, e incluso se pueden jugar sin conectarse a Facebook. Hay quien prefiere jugar sin instalar, y quien prefiere jugar sin identificarse. En el caso de los juegos de casino, sólo es necesario identificarse en el caso de que se desee apostar dinero real.
Pero ¿sólo los juegos sin requerimientos elevados pueden ser jugados en versión web? Lo cierto es que cada vez hay una mayor apertura al respecto. Como vimos hace sólo unos días, Counter Strike 1.6 está disponible ya para ser jugado a través de navegadores, sin necesidad de instalaciones adicionales. Estamos hablando de un juego que tiene 20 años y sus gráficos no son los mismos de las versiones más recientes, no hay duda, pero exige un poco más que los anteriores. Está especialmente diseñado para una experiencia multijugador y sin duda serán más los que vengan en un futuro cercano para quedarse.
Echando la vista atrás, vemos que Google Stadia ya se fijó en los dispositivos móviles (sólo Android, en este caso) el pasado mes de febrero, conociendo los gustos de los usuarios, que cada vez apuestan más por la inmediatez de desbloquear el terminal y sumergirse en el juego. Pero precisamente Google Stadia hace lo que las versiones web han perseguido durante años: ofrecer una experiencia de juego accesible desde cualquier dispositivo y plataforma. La ventaja que tienen las versiones web, y sobre todo las que adoptan un sistema responsive, es que cualquiera, indistintamente del sistema operativo, del dispositivo (sea de escritorio o de bolsillo, o incluso en modalidad set top box o smart tv) pueda jugar sin complicaciones y sumarse a una partida multijugador. La mayor parte de estos juegos, además, son gratuitos, un elemento más que los convierte en irresistibles para los jugadores.
De cualquier manera, descargar e instalar un juego directamente en nuestros ordenadores o smartphones y tablets también tiene sus ventajas, no hay duda de que la usabilidad suele ser más sencilla y que, en la mayoría de los casos, la estabilidad mejora, ya que la interfaz está creada específicamente para ser usada con ese fin. Recordemos que los navegadores, sean móviles o de escritorio, nos ofrecerán muchas más opciones que podremos ejecutar accidentalmente con la emoción del juego (abrir nuevas pestañas o cerrarlas, minimizar, refrescar, etcétera), mientras que la app o programa nos ofrecerá sólo las funciones relacionadas con el juego. De hecho, la mayor parte de los usuarios prefiere descargar los juegos. Sin embargo, las versiones web pueden ser la única opción dependiendo del dispositivo a través del cual ejecutemos el juego, no sólo por cuestiones de incompatibilidad, sino por otro tipo de cuestiones puntuales, como estar accediendo desde el terminal u ordenador de otra persona de manera esporádica, y no tengamos permiso para instalar un juego. Es en estos casos cuando las versiones web hacen su mejor servicio.